¿Mantenés tus deseos en secreto?

— de Jean Hsu | NORTE.CABEZA.CARTEL🧭💀🪧

El artículo es una traducción al español (dialecto argentino, y más bien poco estricta) de "Do you keep your wishes secret?" de Jean Hsu, publicado el 6 de agosto de 2023. Traducido y compartido con permiso de la autora. Énfasis mío. Más sobre la variedad lingüística acá, y más traducciones aquí.



Pedí un deseo y soplá las velas… pero no contés qué pediste: ¡si lo hacés no se te va a cumplir!

Este ritual tan común y sus variantes —pedir un deseo secreto en una fuente, o soplando una pestaña caída, o cuando pasa un cometa—, son muy confusos para mí.

La idea de guardar en secreto tu deseo, algo que profundamente querés que sea realidad, es un poco rara. Entiendo que la gente pueda resistirse a compartir sus deseos más profundos, porque te hace sentir vulnerable. O quizás saber que no lo tenés que compartir con nadie te permite cavar profundo y pedir cosas muy grandes, esas que te da miedo decir en voz alta. Pero que les digamos a los niños una y otra vez que no compartan sus deseos con nadie porque si lo hacen no se van a cumplir, me parece bastante absurdo.

Y supongo que prepara a la gente para una vida llena de desilusiones.

Imaginate soñar secretamente en un regalo específico para que tu pareja te regale en tu cumpleaños, esperando que te conozcan tan bien que van a elegir exactamente ese regalo.

O imaginate esperar que si agachás la cabeza y seguís trabajando duro, alguien se va a dar cuenta y va a decir "che, merece un ascenso y un aumento, ¡está laburando muy bien!".

Hace años, como ingeniera, esperé un tiempo largo, con la ilusión de que alguien iba a darse cuenta de mi buen trabajo y de que era obvio que podía ser una buena líder técnica o gerente. Nunca se me ocurrió que debía contarle a alguien que eso era lo que quería.

¿Influencias religiosas?

¿De dónde viene esta idea de mantener los deseos en secreto? Tal vez tiene orígenes religiosos o sobrenaturales; que tenés que hacerle saber a un ente divino lo que querés, y tus deseos van a ser respondidos. Y entonces, si se te cumple, se refuerza la creencia en la existencia de ese ente/ser (y el mecanismo de pedir), ¿si no, cómo es que justo se cumplió? Los padres que les hablan a sus hijos sobre Papá Noel refuerzan esta idea al interceptar sus cartas y comprar los regalos que pidieron.

No soy una persona religiosa, pero a veces aprecio los momentos y rituales relacionados con la religión. En la universidad cantaba en el coro de la capilla, y me gustaban los muchos momentos de admiración y reverencia en aquella capilla gótica con vitrales. Hace poco, en Japón, sentí lo lindo que era hacer una pausa y pensar en una intención/deseo/plegaria, antes de tirar mi moneda en una caja de madera en un templo.

Imagino que los rituales que tratan sobre rezar, o ir al templo un día específico, crean muchas estructuras que dan la oportunidad de pensar en qué es lo que uno quiere. Eso me parece saludable. En la ausencia de una religión, supongo que la meditación, escribir un diario y los ejercicios de consciencia plena (o atención plena, mindfulness), pueden servir para generar hábitos y espacios similares.

Pero como persona no religiosa, no tiene mucho sentido para mí la idea de que los deseos y plegarias no sean hablados en voz alta ni compartidos con otros, y que así esperés que se hagan realidad.

Manifestación y el universo

La intervención sobrenatural también aparece con la idea de la "manifestación", que consiste en declarar tus sueños para que se hagan realidad. Cuando la gente que usa el término "manifestar" habla sobre esta "manifestación", siempre aparecen elementos místicos en el lenguaje, diciendo que si le mostrás tus deseos al universo, el universo va a conspirar para ayudarte a obtenerlos. Incluso la palabra manifestar suena a conjuro mágico.

Este vocabulario me molesta un poco porque le da mucho o todo el crédito a poderes sobrenaturales, en lugar de dártelo a vos mismo. Si hacés el trabajo de poner bien en claro qué es lo que querés, vas a estar más receptivo a oportunidades que te llevan ahí, y cuando finalmente lográs eso para lo que trabajaste un montón, creo que el mérito es tuyo, no del universo.

Mi versión de la manifestación / establecer objetivos

Cuando escucho a la gente hablar del universo, en lugar de imaginar fuerzas sobrenaturales, pienso en mi universo como la red de personas interconectadas a mi alrededor. Para hacer realidad mis sueños, me enfoco en tener claro lo que quiero, y luego se lo dejo saber a los demás. En algún momento puede surgir una oportunidad y, quién sabe, alguien se puede acordar de mí.

Así construí rápidamente un negocio de asesoría profesional hace unos años, de a poco cuidando y regando mi jardín de conexiones, recordándoles regularmente de mi trabajo y habilidades. Llegaron clientes de lugares inesperados: una referencia de alguien con quien trabajé brevemente hace años; otro que leyó uno de mis artículos de liderazgo en ingeniería, que habían compartido en el chat de su trabajo; gente que me había seguido en Twitter por años, sin interactuar.

Quizás la "manifestación" y establecer objetivos son básicamente lo mismo, solo que con formas de expresarse distintas, que atraen a distintas personas.

Yo no soy una persona particularmente enfocada en objetivos, pero cuando hay algo que quiero, lo persigo. A grandes rasgos, mi versión sin misticismo de la manifestación (donde uso al "universo", alias todos a mi alrededor, para ayudarme a llegar adonde quiero ir) necesita 3 cosas:

  1. Tener claro qué es lo que quiero.
  2. Trabajar en mi mente para creer que de verdad puedo lograrlo.
  3. Contarle a la gente qué es lo que quiero y qué ayuda necesito.
1. Tener claro qué es lo que quiero.

El paso 1 es autoexplicativo, pero puede llevar tiempo y mucha exploración. Quizás tu objetivo termina siendo una intención o dirección (algo como "quiero más tranquilidad en mi vida"), no algo concreto, y está bien.

2. Trabajar en mi mente para creer que de verdad puedo lograrlo.

El paso 2 suele pasarse por alto, pero es donde muchas personas se traban. Un caso típico: alguien arranca un negocio, pero no lo promociona en ningún lado. Cuando le preguntan si tiene algún texto o imagen para compartir sobre su emprendimiento, responden "sí, estoy trabajando en algo para compartir", pero nunca lo envían. Hay muchas barreras mentales que frenan e impiden: perfeccionismo; miedo al fracaso; vergüenza; no sentirse preparado; "tengo que hacer X e Y antes de intentar Z"; miedo a la escasez de atención: "si lo comparto ahora, no lo voy a poder compartir otra vez después".

3. Contarle a la gente qué es lo que quiero y qué ayuda necesito.

El paso 3 es fundamental, y es el que falta por completo en los rituales de deseos secretos.

Conseguir lo que querés en el trabajo

Mirando hacia atrás, me resulta ridícula mi posición de hace unos años, cuando estaba esperando que alguien notara mi trabajo y me ascendiera a una posición con más impacto.

Así que si hay algo que deseás —sea trabajar en un área específica, o con gente específica, o en otro rol muy diferente, o frenar un poco para atender temas personales—, hablalo con las personas con las que trabajás, y mantené vivas esas conversaciones.

Historias divertidas sobre deseos

Me gustaría cerrar con dos historias sobre deseos: uno que lamentablemente no se cumplió y uno que sí.


Cuando mi hijo Jackson tenía apenas unos años, le di una moneda para que pidiera un deseo en una fuente. Me acerqué para intentar escuchar su deseo, por si era algo fácil de hacer realidad… quizás un helado.

Pero agarró fuerte la moneda, cerró los ojos, y muy seriamente susurró: "me gustaría ser un dinosaurio", antes de tirarla a la fuente. Perdón amigo, pero con esa no te puedo ayudar (aunque después hemos tenido algunos disfraces de dinosaurios para fiestas).


Hace mucho mucho, en alguna charla, despreocupadamente le mencioné a mi ahora esposo una pequeña fantasía: una piñata, pero que en lugar de las golosinas típicas, estuviese llena de bombones Ferrero Rocher. Un comentario que olvidé totalmente. Y hace dos años, en mi cumpleaños, ¡hizo el sueño realidad!


Así que hablemos más de nuestros deseos y sueños, tanto para entender mejor qué es lo que queremos, como para que quienes nos rodean puedan ayudarnos a convertir deseos en realidades. Quién sabe, quizás así logremos de verdad que el universo conspire a nuestro favor[1].

Y a vos, ¿te gustan/sirven más el lenguaje de establecer objetivos, o el lenguaje sobre la manifestación y el universo?

🪧


(fin de la traducción)


Notas del traductor (Pablo)

Algunas notas más o menos relacionadas con el texto anterior. Cosas que surgieron al leerlo, traducirlo, pensarlo, compartirlo.

Mnemotecnia

Para ayudar a recordar, quizás: NORTE.CABEZA.CARTEL.

  1. Norte 🧭
  2. Cabeza 💀
  3. Cartel 🪧

Lo visualizo como un humanito con cara tranquila: ya entendió sus miedos. En una mano tiene una brújula. En la otra, pegado a un palo, un cartel declarando su norte y sus objetivos. O mejor: ¡un mochilero haciendo dedo!

Del trabajo

Del artículo:

Así que si hay algo que deseás —sea trabajar en un área específica, o con gente específica, o en otro rol muy diferente, o frenar un poco para atender temas personales—, hablalo con las personas con las que trabajás, y mantené vivas esas conversaciones.

Algo mayormente sobre los deseos en el trabajo, pero aplicable a cualquier organización o grupo: creo que puede ser muy útil formalizar la responsabilidad de velar por los deseos del resto. Porque hay gente que se anima a exteriorizar sus deseos como miembros de la organización, pero a otros les cuesta un poco más y hay que ayudarlos. ¿Por qué es importante? Porque es muy probable que los miembros que no encuentran satisfechas sus necesidades, y no encuentren un camino para cambiar eso, se vayan o se queden desmotivados.

Cuando trabajé en Ekumen, existía el rol de People Manager, algo así como gerente de personas. Los People Managers tenían la responsabilidad extra (no era un rol exclusivo) de ser mentores o guías de otros empleados de la empresa, no necesariamente pertenecientes al mismo equipo o área. Mediante charlas privadas cortas cada un par de semanas, se preocupaban por que cada uno estuviese trabajando duro pero cómodo y feliz, cumpliendo sus tareas pero también caminando hacia la dirección o rol deseado —en la medida de lo posible en la organización, por supuesto—. El que conocía el cumplimiento técnico era el líder directo, pero quien veía al empleado de forma más macro, como humano miembro de la organización, era el People Manager.

El rol anterior requiere, tal vez, de una organización de cierto tamaño, cultura y recursos. Una versión más ligera es que ese rol no esté tan separado de la relación jefe-emplado o líder/liderado. También lo viví en Ekumen y con algunos clientes, a través de charlas privadas periódicas sin agenda con mis líderes directos (~15 minutos de duración; las suelen llamar charlas 1-on-1 / 1:1). Se intentaba charlar poco de las tareas vigentes, y más de cualquier otra cosa, satisfaciendo necesidades de socializar y también creando el espacio para compartir incomodidades, deseos de cambio, ideas lejanas, y otros temas que no cabían en las conversaciones del día a día. Reconozco que es más fácil charlar libremente de algunas de esas cosas con alguien que no es tu jefe.

Con pinzas

Nota importante: quizás todo el texto asume un contexto utópico, donde todos colaboran para el bienestar común, nadie tiene malas intenciones y, sobre todo, los recursos disponibles son prácticamente infinitos. Hay contextos en donde compartir un plan o anhelo puede resultar en perjuicio propio.

Y otra cosa: modelar el mundo de una forma tan simple, binaria —siempre contar o nunca contar los deseos—, es inocente y hasta peligroso, pero explorar los extremos nos permite conocer mejor todo el espacio. Yo me quedo con los 3 pasos, y con la intención de no transmitirle el pensamiento mágico a los niños.

Al menos puede ser útil intentar poner el sueño en palabras, aunque luego no se lo mandés a nadie. Como parte de los pasos 1 y 2, para intentar soñar mejor.

Cómo y por qué

Encontré el original a través de otro de la autora: "Ask vs guess culture", que explora (también como dicotomía o espacio binario) a la costumbre de pedir versus la costumbre de suponer.

Lo recordé en varias ocasiones, cuando interlocutores me compartieron sus planes con cierta timidez o reticencia, argumentando el "si lo contás no pasa", o me hablaron (quizás con otras palabras) de la visualización de los objetivos. También vi menciones a la ley de la atracción, y en los últimos años empecé a ver el verbo "manifestar", con esa intención mágica.

No me gusta el pensamiento mágico, así que compartiendo esto intento abrir la conversación y proponer otras herramientas y explicaciones.

¡Pero me funciona!

Si estos conceptos existen, supongo que es porque alguien creyó que funcionaban y quiso compartirlos. Además de la hipótesis religiosa/mística mencionada en el artículo, quizás hay otras cosas que hacen que el deseo secreto haga mover las cosas en la dirección deseada (o parezca hacerlo). Especulemos:

Perdón por las pocas referencias, pero hasta aquí llego hoy. Espero que las existentes sirvan para quien quiera ahondar un poco más.

Conclusiones / resumen

Meta